Clamar en el desierto

Luis Armando Mendoza Leciano

Los últimos dos gobernadores de Campeche, por lo menos, pasaron su sexenio quejándose de la injusticia fiscal que la Federación comete con el estado.

Han sido, quizás, los más insistentes en la exigencia de que la Federación sea recíproca con la aportación de Campeche a las finanzas nacionales a través de la explotación de hidrocarburos en la Sonda de Campeche.

Los tonos han sido variados, de acuerdo al carácter de cada gobernante, pero ni eso ha modificado la respuesta de la Federación.

Antonio González Curi inauguró la moda de los discursos agresivos para hacer patente la molestia por la injusticia con Campeche. Jorge Carlos Hurtado Valdez continuó en el mismo tenor, pero con un tono más conciliador.

Ahora Fernando Ortega Bernés sigue con la misma tendencia, pero también sin ninguna intención de entrar en una confrontación con el Presidente Felipe Calderón.

Pero la Federación mantiene su política de injusticia con Campeche sin importarle si el reclamo es airado, como en el caso de González Curi, conciliador, como en el caso de Hurtado Valdez, o de plano tímido, como en el caso de Ortega Bernés.

Hay que decir que en el caso de González Curi la razón del maltrato presidencial tuvo su origen en aquel discurso del mandatario estatal en la campaña del candidato priísta a la Presidencia, Francisco Labastida, cuando amenazó con sacar a puntapiés al abanderado panista Vicente Fox cuando llegara a Campeche.

Sin embargo, aunque con un tono moderado Hurtado Valdez tuvo que lidiar con Vicente Fox y con Felipe Calderón y tampoco le fue nada bien en materia de participaciones al estado.

Y, ahora, Ortega Bernés continúa la lucha para corregir la injusticia que la Federación comete con Campeche.

Pero la línea es la misma que utilizaron González Curi y Hurtado Valdez: El reclamo recurrente en el discurso en los eventos oficiales.

Pero ninguno de los tres mandatarios parece haber reparado en que la solución no es pedir a la Federación, entiéndase el Presidente, el secretario de Hacienda o el director de Pemex, una respuesta a la demanda de Campeche de recibir más recursos y que continuar en esa línea es clamar en el desierto.

El camino hacia la solución está en el Congreso de la Unión, entiéndase la Cámara de Diputados y el Senado de la República. Es ahí, con los coordinadores de los grupos parlamentarios del PRI y del PAN, donde los legisladores federales campechanos deben llevar la justa demanda de Campeche y cabildear para lograr la reforma del Acuerdo de Coordinación Fiscal.

Pero el trabajo en este sentido de los legisladores federales campechanos, del PRI y del PAN, ha sido nulo, debido a su escaso peso político frente a los grupos de poder al interior de sus propios grupos parlamentarios.

Así, Campeche estará condenado a seguir siendo el “patito feo”, mientras no cuente con legisladores federales con un peso político real y verdaderamente comprometidos con esta demanda justa.