martes, 15 de febrero de 2011

Ver o no ver


Luis Armando Mendoza Leciano

Hace unos días, de gira por Ciudad del Carmen, el gobernador Fernando Ortega Bernés pronunció un discurso que llamó la atención de muchos porque no se explicaban los motivos de su mensaje.
“Este es un gobierno que va de menos a más”, expresó el mandatario estatal en Ciudad del Carmen, en una expresión que aparentemente no venía al caso.
Apenas un día después en esta capital, el mandatario retomó el tema a pregunta de un periodista, al ser entrevistado luego de la ceremonia de entrega de aparatos auditivos a personas de escasos recursos.
El discurso del gobernador, sin embargo, tiene una explicación en la existencia de voces críticas que cuestionan una supuesta inactividad de su gobierno.
Así, las expresiones de Ortega Bernés parecieron una puntual respuesta a esos críticos que dicen que su gobierno no se ve y que hace falta más trabajo del gobernador.
“Hasta ahora no lo he escuchado, pero si alguien lo dice seguramente no alcanza a ver las cosas como son”, respondió al periodista.
Y, palabras más o palabras menos, el mandatario remarcó que sus críticos le pueden señalar muchos defectos, pero no el de que sea flojo.
“El de haragán no lo padezco, al contrario, por fortuna mi padre me enseñó a trabajar todos los días de la semana y así lo estamos haciendo aquí, porque Campeche nos lo exige y es lo que necesitamos”, subrayó.
Y en verdad que no lo es. Quienes lo conocen saben que Fernando Ortega es un hombre que no para, que sus actividades abarcan incluso los domingos, que las horas del día no le son suficientes para hacer todo lo que quisiera y que si los días tuvieran más de 24 horas trabajaría más tiempo.
Ortega Bernés es un hombre de trabajo y en todos los cargos públicos que ha ocupado ha dado muestra de ello, aunque haya detractores que no le concedan esa virtud.
Otra cosa es que algunos miembros de su gabinete no le están aguantando el ritmo, porque no estaban acostumbrados al trabajo.
Y seguramente, como el mismo gobernador lo dice, algún defecto debe tener como todo ser humano, pero no se le puede escamotear su trabajo con una visión irreductible, sólo por ser opositor y no estar de acuerdo con él o con su forma de gobernar.
No se puede negar que desde el primer día de su gestión, que inició justamente cuando la crisis económica mundial estaba en su mayor nivel, el gobernador ha entregado recursos de programas sociales de su gobierno e inaugurado obras que no surgieron milagrosamente.
Negarlo es, como dice Ortega Bernés, no querer ver las cosas como son.

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