viernes, 18 de febrero de 2011

La figura presidencial

Luis Armando Mendoza Leciano

La desacralización de la figura presidencial ha sido, desde mi muy particular punto de vista, una de las causas de todos los males que padece este país.
En el régimen presidencialista que rigió durante años en el país, el respeto a la figura presidencial fue uno de los pilares que sostenía a la institución conocida como la Presidencia de la República.
Lo mismo ocurría con instituciones como el Ejército y la Iglesia, que eran una especie de tabú.
De ahí la expresión, que tuvo su mayor vigencia en los sexenios de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Alvarez y José López Portillo, de que “en México no se toca al Presidente, ni al Ejército, ni a la Virgen de Guadalupe”.
Sin embargo, en aras de una supuesta democracia y la libertad de expresión, desde hace algunas décadas el respeto a esas tres instituciones ha sido socavado hasta hacer de ellas blancos de la crítica, sustentada o no.
Pero, insisto, con el socavamiento de la figura presidencial, del Ejército y la Virgen de Guadalupe se perdió el respeto a tres instituciones que eran fundamentales para los mexicanos.
Valga esta reflexión para referirme al episodio protagonizado por diputados del PT encabezados por Gerardo Fernández Noroña, un legislador que se ha caracterizado por protestas poco ortodoxas para algunos.
El jueves 3 de febrero Noroña y un grupo de legisladores del PT desplegaron en el salón de sesiones de la Cámara de Diputados una manta con la pregunta: “¿Tú dejarías conducir a un borracho tu auto?”.
La pregunta es precedida por otra que anticipa la respuesta: “¿No, verdad?”, y remata como colofón con la interrogante: “¿Y por qué lo dejas conducir el país?”.
A simple vista el texto de la manta no tiene ninguna relevancia, pero sí la tiene porque en ella se incluye la imagen del Presidente Calderón en aparente estado de ebriedad.
La sesión tuvo que ser suspendida, debido a que los legisladores de la bancada del PAN abandonaron el recinto y las reacciones contra los diputados del PT fueron diversas.
La coordinadora de la bancada del PAN, Josefina Vázquez Mota, acusó a los petistas de denigrar al Congreso y el mismo secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, los recriminó y les advirtió que “el fuero no les alcanza para denostar al Presidente, ni fue diseñado para eso”.
Vázquez Mota y Blake Mora olvidaron que la Constitución previene claramente que ningún legislador puede ser reconvenido por sus expresiones en sus funciones como representante popular.
Y olvidaron también que como diputado federal Vicente Fox también usó unas orejas de burro para denostar al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, es decir que fue el PAN, como oposición, el que inició la denostación de la figura presidencial.
Así que, Vázquez Mota, Blake Mora y los diputados panistas mostraron que tienen la piel sensible, pero sólo cuando el ofendido es uno de su bando.
comentarios en: horsem2001@hotmail.com.
Publicado en el periódico TRIBUNA de Campeche el viernes 18 de febrero de 2011.


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