martes, 21 de junio de 2011

¿Para esto votamos?


Por Luis Armando Mendoza Leciano.

El 15 de septiembre próximo la actual administración estatal, que encabeza Fernando Ortega Bernés, cumplirá dos años y parece que los funcionarios del gabinete estatal todavía no saben qué hacer en sus puestos.
Todos andan pensando ya en las elecciones del próximo año, cuando se elegirá a senadores, diputados federales, diputados locales y alcaldes, y cómo colarse a una candidatura.
Otros, como el secretario de Gobierno, Roberto Sarmiento Urbina, están dedicados a amasar fortuna y hace negocios con la obra pública, en los que participa como prestanombres el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Rogelio Hoil Canul, a cuya empresa se adjudican todas las obras que tienen que ver con iluminación, como en el caso del municipio de Champotón.
Por órdenes de Sarmiento Urbina, el alcalde de ese municipio, Xicoténcatl González Hernández, adjudicó a la empresa de Hoil Canul el contrato para el cambio de todas las luminarias, que se lleva a cabo como parte de las obras de rescate del centro de esa cabecera municipal.
Para ello, cuenta con la complicidad del secretario de Obras Públicas, Augusto Trejo Castro, quien de paso aprovecha para favorecer a la empresa constructora de su esposa, Rosa María Delgado Martínez, en la adjudicación de contratos.
Sin embargo, ocupado como estaba en canonizar “niños contralores” por todo el estado, ninguna de estas irregularidades fue detectada por el ex titular de la Secretaría de la Contraloría y ahora dirigente estatal del PRI, Miguel Angel Sulub Caamal, cuyo sucesor, Jorge Shields Richaud, sigue su ejemplo y también hace como que no ve nada.
Y mientras, los campechanos están en espera de que el actual gobierno estatal cumpla las expectativas que generó la candidatura del ahora gobernador Fernando Ortega Bernés.
La situación es tan complicada que entre los campechanos ha comenzado a permear la decepción.
La pregunta que se hacen es: ¿Para esto votamos por el PRI? ¿Este es el gobierno que nos merecemos?

2 comentarios:

  1. SE LE OLVIDO DECIR LA PUERQUESA QUE HAY EN LA CAPAE QUE CONTRATISTAS QUE NO TIENEN NI IDEA DE LA SOBRAS SON LOS ELEGIDOS MISTERIOSMENTE CON LOS MONTOS MAS ALTOS Y AQUELLOS QUE AN INCUMPLIDO CON SUS CONTRATOS SON CASTIGADOS CON MAS OBRA, ASI COMO AQUELLOS QUE SUS OBRAS AUN NO PUEDEN FUNCIONAR SON PREMIADOS CON MAS OBRAS.

    ResponderEliminar
  2. La nota de Armando Mendoza Leciano que, estamos seguros está bien sustentada, solo nos muestra la manera, tan descarada, en la que los gobiernos emanados del PRI, partido que mantiene su hegemonía política gracias a la corrupción, como hasta hoy, del Instituto Electoral del Estado, hoy a cargo de un priìsta que laborò en el Ayuntamiento de Champotòn y es gente del explotador de pescadores, Raùl Armando Uribe Flores, quien comprò la Secretarìa de Pesca para su hijo, vienen traficando, para enriquecerse, con la obra pública, pisoteando, de paso, las leyes federales, estatales y municipales. Todos los gobiernos estatales, sin excepciòn y hasta hoy, han llegado al poder para robar, tracionar y abusar de la buena fe de los campechanos. Estas aberraciones de Champotón, donde está metido el Secretario de Gobierno, es la respuesta a la pregunta de, por qué cada nuevo gobernador poner en los puestos claves y màs importantes, a sus sirvientes, choferes y cargamaletas, en lugar de nombrar a personalidades con amplia experiencia administrativa, plena identificaciòn con la gente y, sobre todo, honradez, gente que abunda en Campeche pero nunca han llegado a servir, con abyeción incluso, a uno de los polìticos priístas del Estado de Campeche, un gran Estado al cual no merecen quienes hoy están montados en los cargos de lo que ellos llaman gobierno.
    Ojalá, que la justicia llegue a las màs altas esferas del poder en Campeche. Y ojalá que de este grandioso Estado se pueda decir, algún día, que todavía hay jueces, porque los de hoy, son aficionados a liberar asesinos y a acosar, insultar y hasta golpear -caso Avilés Tun y Guadalupe Quijano- a sus empleados y empleadas, y aun a permitir el tráfico de influencias. Marco A. Peraza.

    ResponderEliminar