domingo, 31 de julio de 2011

Respaldo perdido


Luis Armando Mendoza Leciano

Los que saben de política dicen que cuando un político llega al poder con todo el respaldo popular generalmente se convierte en un mal gobernante porque cree que podrá hacer lo que quiera sin que ningún gobernado le reclame.
Ese parece ser el caso de Fernando Ortega Bernés, quien llegó a la gubernatura de Campeche con la mayor votación obtenida por un candidato del PRI, aunque tampoco hay que desdeñar que su más cercano contendiente, Mario Avila, también obtuvo la mayor votación alcanzada por un candidato del PAN en el estado.
Aun así, Ortega Bernés fue un candidato con un arrastre de popularidad sin igual, quizá únicamente comparado con el de Carlos Sansores Pérez y Abelardo Carrillo Zavala, en sus respectivas épocas.
“El Negro”, como se conoció a Sansores Pérez, fue un candidato popular que mantuvo su popularidad como gobernador.
Aunque algunos consideran que ya en el poder fue amo y señor de horca y cuchillo, Sansores Pérez mantuvo su popularidad durante muchos años después de haber concluido su mandato y casi hasta su muerte.
Carrillo Zavala también fue un candidato que gozó de arrastre que, sin falsas poses, mantuvo su popularidad durante su gestión y hasta la fecha. Es quizá el único ex gobernador que se da el lujo de aparecer en público en cualquier lado sin que tenga que enfrentar reclamos de nadie.
El actual gobernador de Campeche logró la candidatura del PRI gracias a su popularidad y también gracias a ella ganó la elección frente a una oposición cada vez más competitiva.
Sin embargo, cuando un gobernante abusa de su poder y actúa como si los electores le hubieran entregado un cheque en blanco, termina por defraudar la confianza y la paciencia de su pueblo y termina por perder su respaldo.

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